
La ciudad de Cipolletti se encuentra ubicada al noroeste de la provincia de Río Negro, en el departamento General Roca. Cuenta con una posición privilegiada, dado que allí no solo convergen las rutas nacionales No 22 y 151, sino también confluyen los ríos Limay (cristalino) y Neuquén (impetuoso) para dar origen a uno de los ríos más importantes del país, y aquel que le da el nombre a nuestra provincia: el río Negro.
El nombre de la localidad recuerda al Ing. César Cipolletti, de origen italiano, quien luego de realizar diversos estudios sobre los caudales de los ríos Colorado, Neuquén, Limay y Negro; proyectó la gran obra del Dique Ing. Ballester (sobre el río Neuquén), lo que posibilitó el aprovechamiento de las tierras de esta región, transformándolas en un verdadero oasis de vida.
Cipolletti es una de las ciudades más pujantes del Alto Valle, ya que se caracteriza por contar dentro de su ejido con un sector rural en el cual se desarrolla principalmente la actividad frutícola (plantaciones de pepita: manzanas y peras y de carozo: duraznos, ciruelas y pelones), un sector industrial de viveros y galpones de empaque, sidreras, frutas deshidratadas, aserraderos e industrias de alimentación, entre otros; y un sector de servicios en constante expansión.
Recorriendo el ejido de Cipolletti, es posible encontrar una serie de paisajes que se destacan por su belleza, como el sector de chacras, donde cada época del año sorprende con un paisaje diferente:
• Durante el otoño el valle se tiñe de tonalidades ocres, amarillos y rojizos, y las acequias se convierten en grandes colchones de hojas secas anunciando así el descanso del monte frutal.
• Luego la primavera, época de floración de los frutales, viste de gala al valle y anticipa la llegada de las frutas más representativas de la región: la pera y la manzana.
• En el verano, en la época de cosecha, los frutales y el aroma de manzanas impregna el ambiente, y la posibilidad de ver a los camiones cargados con cajones de fruta, reflejan una postal del esfuerzo realizado todo el año por el productor para alcanzar la meta tan ansiada: compartir con el mundo el exquisito sabor de las excelentes manzanas y peras que se producen en el Valle del río Negro.
Estamos dentro de la región del Monte de Mesetas y Llanuras que se caracteriza por su clima seco y templado y su vegetación arbustiva adaptada a la escasez de agua, como la jarilla, el mata sebo y el alpataco. Las denominadas mesetas son formaciones geológicas de gran antigüedad que sufren las inclemencias del medio: fuertes vientos y breves pero intensas lluvias, hacen que se formen cañadones que dejan al descubierto capas de tierra que guardan vestigios de otros tiempos.
En la zona se utiliza popularmente una palabra para llamar a las laderas de las mesetas: “bardas”. Allí habitan zorros, gatos silvestres, zorrinos pequeños roedores, aves y lagartijas.
La meseta está surcada por un río que recorre la provincia de oeste a este, desembocando en el Atlántico: el río Negro, uno de los más importantes de la región Patagónica. Forma un valle fértil, a lo largo del cual se asientan numerosas localidades, entre ellas, nuestra ciudad. También las zonas ribereñas son el hábitat de gran diversidad de fauna, en especial de aves como la garza, el biguá, la gallareta y el cisne de cuello negro, entre otros.
Cabe señalar que el Valle del Río Negro es un área propicia para realizar avistaje de aves, donde se encuentran aproximadamente unas 150 especies de aves (la mayoría vinculadas a los ambientes acuáticos) si bien también existen unas 200 especies asociadas a la Estepa y al Monte.